El cuidado bucal es fundamental para determinar si una persona es apta para recibir un implante dental en la actualidad. Prácticamente cualquier persona puede optar por injertos de hueso autólogos o alógenos, ya sea del propio paciente, sintéticos o provenientes de bancos de huesos. Por lo tanto, casi cualquier individuo es apto para esta intervención.
Sin embargo, es importante que una persona mantenga su boca en condiciones adecuadas para garantizar la durabilidad del implante. Esto implica mantenerla libre de bacterias, realizar controles de salud bucal semestrales, llevar a cabo una higiene adecuada y acudir al dentista al detectar la presencia de sarro o placa. Mantener una boca limpia y en buen estado es crucial.
Un paciente que padece periodontitis y se somete a un implante pero no realiza una correcta limpieza bucal corre el riesgo de comprometer el éxito a largo plazo del implante. Incluso si no se cepilla tres veces al día, si no se cepilla todos los días, es muy improbable que el implante tenga una vida útil exitosa.
La ventaja del implante en estos casos es que no posee un ligamento periodontal, a diferencia de los dientes naturales. El implante se integra directamente al hueso a través de la osteointegración, lo cual evita la presencia de gérmenes que puedan acumularse en el ligamento periodontal. Sin embargo, una higiene bucal deficiente alrededor del implante puede llevar a la aparición de perimplantitis, una condición que, de no ser cuidada y limpiada a tiempo, puede resultar en el fracaso del implante.
En resumen, es crucial mantener una adecuada higiene bucal y acudir regularmente al dentista para garantizar el éxito y durabilidad de un implante dental. La responsabilidad del paciente en el cuidado de su boca es fundamental para evitar complicaciones y asegurar resultados satisfactorios.